Elaboración de Rosados

¿Cómo elaborar el vino rosado?

GRAFICO ELABO. ROSADO

VINO ROSADO

El vino rosado se elabora a partir de uva negra o tinta. El proceso se inicia con el prensado de la uva suelta. Se obtiene de este modo un mosto blanco, más restos y pieles de negras.

El resultado del producto se coloca en una tina durante unas horas para que se separe la parte sólida del mosto líquido: se forma el “sombrero” formado por los desechos sólidos del prensado que flotan sobre el mosto. Seguidamente se procede al proceso de maceración mediante el cual se extraerá color de la piel de la uva. Durante un periodo de entre 12 y 24 horas, en función de la intensidad de color deseada, se extraerá mosto de la parte inferior del depósito para dejarlo caer a través del sombrero. Este proceso de fermentación se lleva a cabo a baja temperatura para conservar mejor los aromas, a unos 10 grados centígrados, aunque la adquisición de color sea más lenta.

Pasadas esas 12 o 24 horas, se separa alrededor de un 20% o un 30% del mosto teñido para hacer vino rosado, mientras que el resto continúa macerando para elaborar vino tinto.

El mosto ligeramente teñido que hemos tomado pasa ahora a ser desfangado para su limpieza. Para limpiar el mosto por desfangado se le deja reposar entre 24 y 48 horas a unos 5 grados. Se añade algo de sulfuros para inhibir la fermentación en este estadio. Pasado ese tiempo tendremos un precipitado de residuos en el fondo del depósito y un mosto rosado limpio por encima.

Tras el desfangado se procede a la fermentación alcohólica a bajas temperaturas para conservar así los aromas. Durante la fermentación alcohólica se añadirán levaduras para transformar los azúcares en presencia de oxígeno, en alcohol y dióxido de carbono.

Tras la fase de fermentación alcohólica obtenemos vino rosado propiamente dicho. Pero todavía no está listo para el consumo. Se debe clarificar el vino; se limpia de posibles partículas en suspensión y se filtra. Tras el clarificado se procede al embotellado pasando a estar listo para el consumo.
Hay que tener en cuenta que en vinos rosados el color no se fija por lo que éste va decayendo con el paso del tiempo: precipita. Un rosado debe consumirse dentro del año que transcurre tras su elaboración, y cuanto antes mejor, más allá tanto el color como el sabor serán más apagados.